Trabajo


Conforme a la tradición sagrada de la vida religiosa, alternamos la oración con el trabajo, tomándolo no sólo como ley natural impuesta por Dios, sino también como ejercicio de penitencia y deber de justicia con el Instituto (Const.).

Los diferentes oficios de la casa los desempeñan indistintamente las religiosas que designa la obediencia. Aunque se tienen en cuenta las aptitudes personales.

De este modo, sus vidas se hacen fecundas para la Iglesia y para el bien de la comunidad por quienes se sacrifican.

Modelo para nosotras es la Sagrada Familia, imitando en nuestro trabajo la pura intención, la entrega ilimitada y la mortificación que tanto brillaron en la Casa de Nazaret. (Const.)

Dedicamos nuestro trabajo manual a toda clase de labores destinadas al culto divino, y algunos otros trabajos que al menos tengan carácter artístico religioso.

 Se tienen dos horas de recreación: una después de la comida y otra después de la cena. Estas recreaciones se tienen en común, en alegre y regocijada fraternidad.